Lenteja Pardina
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Las lentejas son unas legumbres que ofrecen unas posibilidades nutritivas y culinarias importantísimas, siendo un ingrediente estrella en numerosos platos.
Descripción
La lenteja pardina (conocida también como lenteja franciscana) es una legumbre (Lens culinaris variante Variabilis) empleada en la gastronomía de algunos paíse.
Suele desecarse desde su recolección con el objeto de su conservación durante periodo de varios meses.
Generalmente se suele encontrar seca, pero igualmente envasada. Su pequeño tamaño la hace ideal en la preparación de sopas.
Se denomina pardina por tener una piel de color pardo, que no se desprende durante el cocido. Se trata de una legumbre apropiada para ser cocinada en diversos cocidos y sopas. El diámetro de la lenteja suele oscilar entre los 3,5 y 4,5 mm. Su pequeño tamaño hace que no sea necesario un largo periodo de remojo antes de ser cocinada.
En el norte de España se producen algunas variantes de la lenteja pardina debido a su color marrón. La pardina, junto a la verdina y castellana, es una de las tres variedades de lenteja con producción más extendida en Castilla y León. Sobretodo en las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León.

Consumidas desde la antigüedad, estas humildes y -a su vez- tan extraordinarias legumbres, deberían formar parte importantisima en la dieta de niños y adultos, debido a que sus beneficios abarcan un amplio espectro de la salud. Conozcamos algunos de ellos:
- BUENAS PARA EL PLANETA
Las lentejas tienen la capacidad de crecer en climas muy diversos y favorecer la regeneración del suelo, gracias al nitrógeno que aportan las bacterias que viven en sus raíces. - FUENTE LIMPIA DE PROTEÍNAS
En su composición, encontramos una gran cantidad de proteína (más que en otras legumbres) de fácil digestión y acompañada de una multitud de micronutrientes. Eso sí, al no contener todos los aminoácidos esenciales, las lentejas deben ser combinadas en el mismo plato o en otra comida del día con cereales integrales o semillas para conseguir una proteína completa. - ENERGÍA DOSIFICADA, CORAZÓN CONTENTO
Además de aportar una buena cantidad de aminoácidos esenciales, las lentejas son ricas en carbohidratos de absorción lenta. Esto es muy importante no solo porque consumiéndolas consigues una energía estable y sostenida, sino también porque evitas un pico de insulina que, resulta perjudicial por varios motivos, entre ellos, que te agota.Su fibra contribuirá a esta entrada controlada de azúcares al torrente sanguíneo, pero, además, te dará saciedad y te ayudará a ir mejor al baño. También colabora en la eliminación del colesterol a través de las heces y, por si fuera poco, es un alimento fabuloso para las bacterias que habitan en tus intestinos. Es por esto que, si quieres cuidar tu salud cardiovascular o quieres hacer control de peso, las lentejas están de tu lado.
- MINERALES POR UN TUBO
Una de las características más conocidas de nuestras queridas lentejas, es su riqueza en ciertos minerales como; el hierro, potasio, fósforo, magnesio y calcio.Podrás mejorar la absorción del hierro de tus lentejas si las acompañas con alguna fuente de vitamina C, como por ejemplo pimientos, tomate o tomándote unas fresas de postre.
El magnesio que te da una ración de lentejas, equivale al 20% de las necesidades diarias, un mineral muy importante para nuestra salud, pues está implicado en múltiples funciones orgánicas, en el tejido óseo y en los sistemas neuronales, muscular, inmunitario y cardiovascular.
Aunque contenido en calcio de las lentejas es menor que el de la leche de vaca, al estar en equilibrio con el fósforo y el magnesio, se puede considerar un excelente alimento para la salud de los huesos.

- Lentejas a la riojana
- – 300 gramos de lentejas
- – Un tomate maduro
- – Una buena cebolla
- – Una zanahoria
- – Una cabeza de ajos
- – Uno o dos chorizos para guisar
- – Una cucharadita de pimentón dulce
- – Una hoja de laurel
- – Una pastilla de caldo concentrado
- – Unas rebanadas de pan
- – Aceite de oliva virgen
Como siempre que vamos a cocinar lentejas, hay que ver si el tipo que empleamos necesita que las dejemos en remojo la noche antes de cocinarlas, algo que suele venir indicado en el paquete. Si empleas lentejas pardinas no necesitas hacer este paso, pero si son de otra clase de mayor tamaño o mayor dureza, si es recomendable hacerlo para que se hidraten un poco y necesiten un tiempo de cocción menor. Si no las dejas en remojo, es recomendable lavarlas bajo el chorro del grifo para asegurarnos que quedan bien limpias antes de cocinarlas.
Tras esta indicación previa vamos a comenzar ya con la preparación, la cual haremos empleando una olla o cacerola de buen tamaño, de las normales, no es necesario emplear una olla exprés ni similar. En la misma echaremos las lentejas ya escurridas, la cabeza de ajos, el tomate, el pimiento verde y la cebolla, todo lavado previamente bajo el grifo para quitarles la suciedad que pudieran tener. Añadimos la pastilla de caldo concentrado, el laurel y el pimentón dulce, cubrimos todo con agua y ponemos a calentar la olla a fuego medio.
Información adicional
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