Áloe
Sabemos que el aloe pertenece al grupo de las plantas xeroides, caracterizadas porque cierran los estomas de sus hojas tras cualquier corte o herida en ellas. De esta forma evitan la pérdida de agua.
Suaviza la piel, cicatriza las heridas, y tonifica.
Descripción
Hemos observado que cuando se corta una de las suculentas hojas del áloe, se produce una rápida cicatrización de su propia superficie, cuya finalidad es la de evitar que se pierda el precioso jugo que contiene. La lógica natural nos dice que si la planta es capaz de regenerar eficazmente la superficie dañada de sus propias hojas, también actuará cicatrizando las heridas de los humanos que estén en contacto con ellas.
Sabemos que el aloe pertenece al grupo de las plantas xeroides, caracterizadas porque cierran los estomas de sus hojas tras cualquier corte o herida en ellas. De esta forma evitan la pérdida de agua.

De las suculentas hojas de aloe se obtienen dos productos principales: el acíbar y el gel de aloe.
El acíbar: al incidir la superficie de las hojas de las distintas especies de aloe, se obtiene un jugo viscoso de color amarillo y sabor amargo que se concentra al calor del sol, o por ebullición. Se transforma así en una masa amorfa de color pardo oscuro y sabor muy amargo, llamada acíbar o pez rubia.
El acíbar contiene del 40% al 80% de resina, y hasta un 20% de aloína, glucósido antraquinónico que es su principio activo. Según la dosis diaria con la que se emplee, el acíbar tiene distintas aplicaciones.
- Hasta 0,1 g es aperitivo, estomacal y colagogo, facilitando la digestion.
- A partir de 0,1 g actúa como laxante y como emenagogo (aumenta el flujo menstrual).
- Dosis de 0,5 g (máximo diario), actúan como purgante enérgico y también como oxitócico (provoca contracciones uterinas).
El gel o jugo de aloe: se obtiene de la pulpa de sus hojas carnosas, que desprenden un jugo pegajoso, casi transparente y de sabor insípido. A él se debe la fama que el gel de aloe está adquiriendo en los últimos años, especialmente por su acción curativa sobre la piel. Está formado por una mezcla compleja de más de 20 sustancias, como polisacáridos, glucósidos, enzimas y minerales. Contiene acemanan, una sustancia inmunoestimulante (que aumenta las defensas). A diferencia del acíbar, el gel de aloe no tiene propiedades laxantes.
Aplicado localmente, son muchas las afecciones sobre las que el aloe puede ejercer efectos beneficiosos.
- Heridas: ya sean limpias o infectadas. El jugo de aloe se aplica en compresas, aunque también puede colocarse directamente la pulpa de la hoja sobre la herida. Facilita la limpieza de la herida y acelera su cicatrización, reduciendo además la cicatriz.
- Quemaduras: el gel o jugo de aloe se aplica en compresas durante los días siguientes a la quemadura. En quemaduras de primer grado, es suficiente con dos o tres días de aplicación. En casos más graves, conviene consultar con el especialista. El aloe consigue acelerar la regeneración de la piel dañada, y reducir al mínimo la cicatriz.
- Afecciones de la piel: el jugo de aloe aplicado en loción tiene una acción favorable en casos de psoriasis y eccemas de la piel, así como en el acné, pie de atleta (infección por hongos) y herpes, entre otros. Para reforzar el efecto, se recomienda tomarlo también por vía oral.
- Belleza de la piel: el aloe revitaliza la piel, otorgándole una mayor tersura, resistencia y belleza. Aplicado sobre la piel, mejora el aspecto de las cicatrices inestéticas y de las estrías. Se emplea también en el cuidado del pelo y de las uñas.
Se han obtenido muy buenos resultados en las quemaduras cutáneas causadas por radiaciones ionizantes, así como en las radiodermitis (afección de la piel causada por las radiaciones). Se dice que en la Segunda Guerra Mundial, algunos habitantes de Hiroshima y Nagasaki que sobrevivieron a las explosiones atómicas curaron las quemaduras producidas por la radiación, aplicándose pulpa de hojas de aloe directamente sobre las zonas quemadas.
En los niños, la loción de jugo de aloe se emplea en el tratamiento del eccema causado por los pañales, y para aliviar el picor y facilitar la cicatrización de la piel en las enfermedades exantemáticas como el sarampión, la rubeola y la varicela.
Ingerido por vía oral, el jugo de aloe es depurativo y tonificante. Se emplea como digestivo y también en el tratamiento de la úlcera gastroduodenal.
Se ha demostrado experimentalmente que el acemanan contenido en el jugo de aloe tiene la facultad de estimular las defensas del organismo. Su uso por vía interna activa los linfocitos, células que entre otras funciones, tienen la de destruir las células cancerosas, así como aquellas que han sido infectadas por el virus del sida. Por ello se está investigando su empleo en estas dos plagas de nuestro tiempo, sin que hasta el momento se puedan dar resultados concluyentes.

- Uso Interno
- Acíbar: Se utiliza en forma de píldoras o sellos, preparados farmacéuticamente. Como laxante o purgante, el acíbar de aloe actúa lentamente, por lo que se administra por la noche para obtener su efecto al día siguiente.
- Gel o jugo de aloe: Se toman 1-2 cucharadas, 3-4 veces diarias, disueltas en agua, zumo de frutas o leche. Normalmente se toma con las comidas. En caso de úlcera gastroduodenal se recomienda tomarlo media hora antes de cada comida, y antes de ir a dormir.
- Uso Externo
- Compresas: Con jugo de aloe: hay que mantenerlas durante todo el día, humedeciéndolas con jugo cada vez que se sequen. Por la noche se puede aplicar una crema hidratante o simplemente aceite de oliva, pues el jugo de aloe reseca la piel.
- Loción: Con jugo de aloe: se aplica 2-3 veces diarias sobre la piel afectada. Conviene combinar su uso con el de algún emoliente (suavizante), como por ejemplo el aceite de oliva.
- Cremas y ungüentos y otros preparados farmacéuticos: a base de aloe. Normalmente incluyen una sustancia emoliente o hidratante.

El gel o el jugo de aloe puede producir reacciones alérgicas cuando se aplica sobre la piel. 1 de cada 200 personas, aproximadamente, es alérgica al aloe. Si a los pocos minutos de extender unas gotas de jugo de aloe sobre la piel de la espalda, aparece un ligero enrojecimiento y picor, es señal de alergia de aloe: habrá que buscar otro remedio.
El acíbar no deben utilizarlo como purgante las mujeres durante la menstruación, ni las embarazadas, pues provoca congestión de los órganos pélvicos y contracciones uterinas; tampoco se recomienda para quienes padezcan de hemorroides (las puede hacer sangrar). No debe administrarse a los niños. No sobrepasar la dosis de 0,5 h diarios.
Información adicional
Peso | N/D |
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Uso en Enfermedades | Heridas, Quemaduras, Afecciones de la piel, Belleza de la piel. |
Nombre Cientifico | |
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Catalán | |
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Gallego | |
Francés | |
Inglés | |
Habitat | |
Descripción Planta | |
Partes Útiles | Las hojas. |
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